Veni Sancte Spiritus
Vén Espíritu Santo: llena de tu gracia los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu divino amor.
Vén, oh Santo Espíritu, y envíanos desde el Cielo un rayo de tu luz pirísima.
Vén, Padre de los pobres; vén, dispensador de las gracias; vén, luz celestial de los corazones.
Tú eres el único consolador verdadero, dulce huésped del alma y dulce alivio en las penas.
En Ti hallamos descanso en el trabajo, refrigerio en los ardores y consuelo en el llanto.
¡Oh bienaventurada luz! Penetra hasta lo más íntimo del corazón de estos fieles que te invocan fervorosos.
Sin tu numen benéfico nada hay en el hombre, nada que sea puro y sin mancilla.
Lava nuestras manchas, vivifica nuestra aridez, sana nuestras heridas. Doma nuestra dureza, enfervoriza lo que está yerto, enderza lo que se desvía del camino.
Enriquece con tus siete dones a los fieles que cifran en Ti todas sus esperanzas.
Danos el mérito de las virtudes, la perseverancia que conduce a la salvación y la eterna felicidad
Amén